SALUD

Las enfermedades pulmonares han aumentado un 60% en mujeres tras su incorporación al consumo de tabaco

  • La mayor necesidad a cubrir en relación a la salud de la mujer es la prevención y la concienciación
  • Las mujeres han adoptado las malas conductas asociadas al trabajo, ya sea el hábito de fumar o el aumento del estrés y la ansiedad

Desde el acceso de la mujer al mercado laboral, se ha producido una continua equiparación entre los estilos de vida de ambos géneros, que también ha provocado que ciertas enfermedades que tradicionalmente estaban más asociadas a los hombres estén aumentando su incidencia en las féminas, como es el caso del cáncer de pulmón. Sin embargo, muchas veces este tipo de enfermedades causan sintomatologías diferentes en hombres y en mujeres, lo cual, junto con la infrarepresentación de estas últimas en los ensayos clínicos, causan un diagnóstico más tardío y complicaciones severas.

Estas circunstancias fueron puestas de manifiesto por una serie de expertos médicos participantes en la primera mesa de debate Salud de la Mujer: Necesidades no cubiertas de la III edición de la Jornada Salud y Mujer, organizada por elEconomista con el apoyo de HLA Grupo Hospitalario, Organon y Vithas. Estos doctores incidieron de forma conjunta en que la mayor necesidad a cubrir en relación a la salud de la mujer es la prevención y la concienciación, tanto para los profesionales como para ellas mismas.

El cáncer, cuyas cifras en mujeres ha aumentado en los últimos años, es ya la segunda causa de muerte femenina. «Por ejemplo, el 95% de los casos de cáncer de pulmón están relacionados con el tabaco«, explicó Pilar Garrido, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Así, incidió en el hecho de que se trata de una patología que podría prevenirse a través de buenos hábitos, como el ejercicio físico, pero muchas veces las mujeres no pueden incorporarlos a su día a día por las dificultades en la conciliación, como sí han adoptado las malas conductas asociadas al trabajo, ya sea el hábito de fumar o el aumento del estrés y la ansiedad.

Javier de Miguel Díez, jefe de sección de Neumología clínica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón puso de manifiesto otro ejemplo de enfermedades asociadas tradicionalmente a los hombres que están aumentando su incidencia en mujeres. Según este experto, «el 11,8% de personas por encima de 40 años tienen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que es todavía más frecuente en varones que en mujeres. Pero en varones, en los últimos diez años, ha bajado ligeramente su prevalencia mientras que en mujeres, en la actualidad, supera ya el 9% y en los últimos diez años ha aumentado un 60%«. La causa, según el médico, tiene relación «claramente» con la incorporación masiva de la mujer al consumo de tabaco desde finales de los años 60. Además, también destacó la importancia del diagnóstico precoz, ya que «a veces se piensa menos en este tipo de enfermedades en la mujer. Básicamente las enfermedades respiratorias relacionadas con el tabaco han sido de hombres. Cuando una una mujer fumadora acude con síntomas respiratorios a una consulta es menos probable que le hagan las pruebas de EPOC que a un varón. Si no se le diagnostica correctamente, es difícil ponerle un tratamiento adecuado y eso va a influir en la evolución y el pronóstico a largo plazo». Por lo cual, concluyó que es necesario sensibilizar a los médicos en todos los niveles asistenciales de que las mujeres también pueden padecer este tipo de patologías, así como promover una divulgación a nivel social para que ellas mismas conozcan los síntomas y sus diferentes manifestaciones en ambos géneros.

Otras enfermedades

La primera causa de muerte en mujeres, por encima del cáncer de mama, son las enfermedades cardiovasculares. «Es necesario utilizar nuevas herramientas para detectarlas en fases subclínicas de la enfermedad y enfatizar en una prevención más personalizada y dirigida, con nuevas herramientas de imagen -expuso Leticia Fernández Friera, cardióloga y socia fundadora de ATRIA Clinic– Además hay que concienciar a la mujer sus síntomas en infartos son distintos a los de los hombres». Como ejemplo de estos síntomas, que describió como «atípicos», ya que los típicos y conocidos (dolor en el pecho que se extiende al brazo) pueden sufrirlos hombres y mujeres, nombró el dolor de mandíbula, en la espalda y sensación de decaimiento que a veces se confunde con crisis de ansiedad. «Es necesario saber que los síntomas son diferentes, que la mujer es igual de vulnerable a un infarto que un hombre e ir a consultar si se tienen dudas. Si acuden tarde a hacer el diagnóstico el daño va a ser mayor «.

Por su parte, Celia Oreja Guevara, jefa de Sección de Neurología del Hospital Universitario Clínico de San Carlos Madrid, también insistió en la importancia de la dieta, el ejercicio y la ausencia del hábito de fumar no solo como prevención de las enfermedades cardíacas sino también de las fenológicas, como la demencia, que también se pueden tratar de prevenir.

«En el caso de la esclerosis múltiple, por ejemplo, puede causar que una mujer joven sufra un deterioro cognitivo lo cual les causa problemas tanto en su trabajo como en su vida social. Sin embargo, lo que se cree es que tienen una depresión o, sobre todo, ansiedad, en vez de pensar que puede ser una enfermedad neurológica y no se diagnostica», afirmó la experta.

En cuanto a las patologías ginecológicas, también puede retrasarse su detección por falta de información y de visibilización, ya que hay ciertos aspectos que aún son un tabú, como la menstruación o la menopausia.

Juan Antonio García Velasco, director IVIRMA Madrid, afirmó, «hay enfermedades que muchas veces se normalizan o minimizan, pero que tienen una prevalencia altísima. Por ejemplo entre una y tres de cada diez mujeres sufren endometriosis y tiene un impacto grande en la calidad de vida, pero como el dolor en la regla se tiende a normalizar, al final el retraso en el diagnóstico es de más de diez años«.

Además, destacó la «cultura de ocultación» que existe aún en nuestro país, que va cambiando poco a poco, pero que debe eliminarse mediante la educación y la divulgación.

«También hay que facilitar información a las mujeres que todavía no son pacientes. Por ejemplo respecto a la educación de la fertilidad, seguimos seguimos viendo en la consulta mujeres que vienen con 38, 40, 45 años y que piensan que su fertilidad es perfecta porque tienen la regla cada 28 días. Nadie les ha explicado que eso no es así y cuando llegan a nosotros ya es tarde», concluyó.

Una mirada de género en los ensayos clínicos

Durante el debate, se puso de manifiesta la importancia de que estas diferencias en la salud de hombres y mujeres sean tenidas en cuenta en las investigaciones científicas.

De acuerdo con Garrido, «durante incluso todos los ensayos clínicos y la investigación siempre hemos asumido que no había diferencias de género y hemos tardado mucho en darnos cuenta de las diferencias. Por ejemplo un tratamiento que se utiliza mucho en oncología es la inmunoterapia y ya estamos viendo que el perfil de efectos secundarios no siempre es igual en hombres que en mujeres. Por lo tanto, hay una labor permanente y necesaria de educar desde las sociedades científicas y de llegar a las administraciones y a los medios de comunicación».

Asimismo, esta experta insistió en la necesidad de que exista presencia de mujeres en todos los ámbitos. «Si hay mujeres en decisiones de ensayos clínicos, va a existir más conciencia de que hay que tener en cuenta estas diferencias de género», demandó.

Oreja se mostró de acuerdo en cuanto a esta cuestión: «Hasta ahora no se tenia en cuenta los efectos de la menopausia en las enfermedades neurológicas y el resultado no es el mismo en ensayos con 30 mujeres y 10 hombres que teniendo 50 hombres y 50 mujeres. Hay que tener en cuenta la influencia hormonal de las mujeres».

«Solamente un 5% de mujeres son investigadoras principales de ensayos clínicos o firman como sénior. Eso hace que las preguntas que están sin responder sobre patologías cardiacas femeninas no se respondan. Necesitamos más investigación y más mujeres implicadas en ello», finalizó Fernández.

El impacto de la pandemia

A causa del Covid-19, los pacientes, hombres y mujeres, llegan a la consulta con estadios mucho más avanzados. Sin embargo, la mujer normalmente es el cuidador principal y muchas de ellas han delegado consultar sus síntomas porque tenían que cuidar del resto de la familia. Por ello, los expertos pidieron potenciar la atención primaria con el apoyo de la administración.

Asimismo, destacaron las oportunidades que ofrece el nuevo campo de la telemedicina que, siempre que se combine con la medicina tradicional, puede servir para acelerar ciertos trámites, como el seguimiento de los pacientes crónicos. Sin embargo, hicieron hincapié en la importancia de que la primera consulta siga realizándose de forma presencial para contar con toda la información necesaria.

Fuentes:

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