Programa de Cardio-Oncología.

En los últimos años se han logrado importantes avances y mejoras en el tratamiento de muchos tipos de cáncer y de las enfermedades malignas de la sangre, como leucemias y linfomas.

Los tratamientos de quimioterapia y radioterapia triplican el riesgo de eventos cardiovasculares y la toxicidad cardiovascular es una de las principales causas de fallecimiento a largo plazo de las personas que han sobrevivido al cáncer.

La toxicidad cardiovascular, también llamada cardiotoxicidad, puede manifestarse de diversas maneras: insuficiencia cardiaca, infarto de miocardio, arritmias, elevación de la presión arterial, valvulopatías…

La prevención y el diagnóstico precoz de la cardiotoxicidad son clave para mejorar los resultados de la enfermedad a medio y largo plazo.

Las técnicas de imagen cardiaca constituyen una herramienta imprescindible en la monitorización durante los tratamientos de quimioterapia y radioterapia para detectar la cardiotoxicidad y en el seguimiento de estos pacientes.

Las Unidades de Cardio-Oncología surgen con el fin de cuidar el corazón de los pacientes con cáncer, diagnosticar y tratar de forma precoz las complicaciones cardiovasculares y evitar interrupciones en el tratamiento del cáncer

 


Nuestro objetivo es ofrecer una asistencia cardiovascular integral y continua a los pacientes con cáncer desde el momento del diagnóstico de la enfermedad a lo largo de toda su vida


Los pilares de nuestro programa son:

  • Valoración cardiológica en el momento del diagnóstico del cáncer : Estratificación del riesgo basal de cardiotoxicidad. Educación sobre síntomas sugestivos de cardiopatía: fatiga, dolor torácico, mareo, palpitaciones. Concienciar de la necesidad de un tratamiento precoz de las complicaciones cardiovasculares. Consejos sobre estilo de vida cardiosaludable: dieta, ejercicio físico, hábitos tóxicos.
  • Seguimiento periódico durante el tratamiento oncológico : Monitorización estrecha con el fin de identificar posibles signos de cardiotoxicidad de forma temprana. Control estricto de los factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial, dislipemia, hábitos tóxicos, diabetes mellitus. Inicio precoz de tratamiento cardiológico específico. Evitar interrupciones del tratamiento oncológico.
  • Protocolos de vigilancia del corazón a largo plazo : Dirigido a pacientes que hayan finalizado el tratamiento oncológico (“largos supervivientes”). Consejos sobre estilo de vida cardiosaludable: dieta, ejercicio físico, hábitos tóxicos. Educación sobre síntomas sugestivos de cardiopatía: fatiga, dolor torácico, mareo, palpitaciones. Seguimiento con técnicas de imagen para identificar signos tardíos de cardiotoxicidad. Tratamiento específico de complicaciones a medio- largo plazo.

 

Para ello contamos con la mejor tecnología de ultrasonidos en imagen cardiaca, que incluye

  • Ecocardiografía tridimensional (“3D”), modalidad que aporta mayor exactitud en el cálculo de la función del corazón.
  • Técnicas de deformación miocárdica (“strain longitudinal”), parámetro que evalúa el daño del corazón en una fase muy temprana de la enfermedad, incluso antes de que aparezcan los síntomas.

Nuestros profesionales tienen la posibilidad de realizar técnicas de imagen cardiaca avanzadas (Cardio-TAC y cardio-RM) en centros colaboradores de ATRIA, lo que garantiza un seguimiento personalizado en todo el proceso de la enfermedad.

Además, disponemos de Holter-ECG de larga duración que nos permitirá evaluar la presencia de
arritmias o trastornos del ritmo, frecuentes en los pacientes oncológicos.

 

 

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